Boletín Cooperativa Coofalcondo muestra preocupación ante
la crisis de desempleo mundial, a través de un interesante reportaje que por
considerarlo de interés lo publicamos íntegramente
Cuando se le Niega Trabajar al Hombre
Mediante el empleo
(trabajo) el hombre produce el pan de cada día, construye el techo o paga la
renta donde habita, educa a sus hijos y resuelve los problemas de salud y los
de otra naturaleza. Es por lo que se dice que el trabajo dignifica el hombre,
ya que suple sus necesidades materiales sin que tenga que llegar a mendigar. Ahora,
cuando el trabajo se seca o no aparece, el mundo se le viene encima en tanto
que la felicidad se deteriora y se arruina la vida de quien lo pierde o de
quien lo busca y no lo encuentra. Esas sequías de trabajo por lo general están
conectadas con las crisis económicas de los pueblos en tanto que las empresas y
los negocios se les cae la demanda y optan por tirar empleos a las calles. La
actual crisis económica iniciada desde finales del 2007, ha arruinado el mundo,
es la razón por la cual millones de empleados han sido despedidos de sus
puestos de trabajo en la mayoría de los países llamados desarrollados, llegando
a casos extremo de hasta 43% para los jóvenes.
Desempleos estos que por
su larga duración se han convertidos en desmoralizantes, en pesadillas en
aquellos países en donde la seguridad social es desconectada a los pocos días
de perderse el trabajo, como acontece en la mayoría de los países, salvo los
europeos y algunos asiáticos. La pérdida de empleo por largo tiempo tiende a
agravarse ya, que las personas pierden la pericia laboral y se constituyen en
malos candidatos cuando aparece otra oportunidad para insertarse en el mercado
laboral, es por lo que las personas envueltas en esta tragedia se consideran
inútiles y la sociedad los ve como inempleables, en tanto que pierden sus
actitudes periciales. Para las personas envueltas en ese laberinto, los paros
de larga duración producen ansiedad y depresión como lo confirman numerosos
estudios sobre la materia, que también advierten que los mas afectados en estos
largos paros laborales o de falta de empleo son los jóvenes entre 24 y 30 años,
lo que les obliga a continuar viviendo con sus padres después de licenciarse en
una carrera universitaria. Es un panorama frustratorio, desolador e ingrato,
pues el futuro parece caerle encima a esos millones de jóvenes que han pasado
media vida estudiando para vivir del
ejercicio de una carrera.
La gran recesión actual
que tiene el mundo sumergido en una pesadumbre por aproximadamente cinco años,
ha replegado millones de personas que desempeñaron altos puestos en importantes
empresas a convertirse en taxistas, vendedores ambulantes, modo de vida dignos
pero que están del cielo a la tierra en cuanto a lo que son sus capacidades
reales, produciéndose un dispendio del conocimiento, ya que fueron preparados
para otras actividades, en cambio la vida le ha obligado a hacer lo que nunca
esperaban para al menos malvivir y evitar morirse de hambre. El desempleo se ha
constituido en una calamidad universal que las naciones y los Estados llamados
modernos no han podido controlar, el empleo por momento mejora y de repente
cae, como una mano invisible e
implacable destroza la felicidad y
siembra la incertidumbre de las sociedades y de los pueblos, sin importar si
son desarrollados, emergentes o del tercer mundo.