WASHINGTON (AP).- El resultado de la reñida
contienda presidencial entre el mandatario Barack Obama y el candidato
republicano Mitt Romney será decidido el 6 de noviembre por un porcentaje
pequeño de votantes en sólo nueve estados.
Eso es debido a que en Estados Unidos
los presidentes no son elegidos por el voto popular, sino por el Colegio
Electoral.
El sistema surgió a partir de una
solución política negociada en el siglo XVIII. A los estados se les asigna un
número fijo de votos electorales con base en su población. En casi todos los
casos, quien gana un estado obtiene todos sus votos electorales. Y el candidato
que consigue una mayoría de los 538 electores se convierte en presidente.
La mayoría de los estados son
confiablemente demócratas o republicanos, pero ni Obama ni Romney han asegurado
suficientes estados para ganar una mayoría de electores. Eso significa que la
batalla real es por los nueve estados llamados "oscilantes", aquellos
cuyo resultado es incierto. Quien logre ganar suficientes de esos estados para
lograr al menos un total de 270 votos electorales ganará la elección.
Encuestas nacionales, las cuales
muestran una contienda virtualmente empatada, no necesariamente pronostican el
resultado. Un candidato puede ganar la mayor cantidad de votos a nivel nacional
y no conseguir una mayoría de electores. Lo importante es lo que ocurra en los
estados indecisos. Y, por el momento, Obama parece tener una ventaja marginal.
El Colegio Electoral:
A cada estado se le otorga un elector
presidencial por cada miembro en el Congreso: uno por cada miembro de la Cámara
de Representantes, cuyos escaños son asignados según la población, y dos más
debido a que cada estado tiene dos senadores. Eso garantiza que cada estado
tendrá al menos tres votos electorales. El Distrito de Columbia cuenta con tres
electores a pesar de que no tiene representación completa en el Congreso.
En la mayoría de los estados, el
ganador del voto popular obtiene todos los electores del estado. Las únicas
excepciones son Nebraska y Maine, los cuales otorgan electores
proporcionalmente.
El sistema fue incorporado en la
Constitución de Estados Unidos para mitigar las preocupaciones de estados
pequeños en el sentido de que serían dejados sin voz ante sus hermanos de
población más grande. La solución fue un punto intermedio entre quienes querían
que el presidente fuera escogido por el Congreso y otros que pedían que fuera
por voto popular nacional.
En lo que es un mero formalismo, mucho
tiempo después de que se ha determinado al ganador, los electores de cada estado
se reunirán el 17 de diciembre en sus lugares de origen y emitirán sus votos
para presidente y vicepresidente. El Congreso se reunirá el 6 de enero para
realizar un conteo oficial.