BONAO.-Como un secreto guardado y atesorado por las montañas, la comunidad de Blanco, Bonao, crece y se desarrolla usando el turismo rural como una herramienta de sostén económico para sus campesinos.
Esta zona montañosa caracterizada por un clima tropical húmedo de bosque, es poco explorada por el turismo masivo. Entre sus árboles puedes encontrar rincones acogedores que despiertan las ganas de respirar con tranquilidad lejos de la explotación minera y del ruido de otras industrias.
A solo 17 kilómetros de Bonao, el ascenso a la montaña es maravilloso, una carretera limpia y rodeada de pinos, ébano verde, bambú y otros árboles y un trayecto que subiendo, bajando y doblando curvas, te lleva al mágico encuentro con el Complejo Ecoturístico Río Blanco, un proyecto manejado por la Federación de Campesinos Hacia el Progreso.
La entidad promueve el intercambio cultural con los campesinos, así como también propicia la agricultura, la reforestación y el cuidado del bosque. La organización campesina que se encuentra en el Hoyo del Pino, en la comunidad de Blanco, Bonao, agrupa a 15 entidades en 250 kilómetros cuadrados de la cuenca alta del río Yuna, entre tres provincias: Blanco se encuentra entre el municipio Rancho Arriba, perteneciente a la provincia San José de Ocoa; Constanza, de La Vega, y Bonao, de Monseñor Noel. También está cerca de los parques nacionales Valle Nuevo y Montaña la Humeadora.
Sus montañas dan vida a una gran cantidad de ríos que salen a borbotones o como simples chorros de agua desde el suelo.
Esteban Polanco Colón, presidente de la Federación y administrador del complejo ecoturístico, explica que la incursión en el turismo rural nace como una forma de buscar alternativas económicas para los campesinos, debido a los altibajos en la producción agropecuaria ocasionados por la ausencia de una política pública.
Cuenta que sus inicios estuvieron marcados por el hospedaje de visitantes en las casas de algunos campesinos en el 1990. Luego empezaron a construir el complejo que actualmente cuenta con 21 habitaciones con capacidad de alojar hasta cien personas.
Cabe destacar también que gracias a la demanda de hospedaje en la zona, hoy en día diez familias tienen habitaciones disponibles para los turistas dentro de sus casas. Los principales visitantes del complejo son voluntarios jóvenes extranjeros, en su mayoría de Canadá y de Estados Unidos, quienes se hospedan hasta por tres meses, además de grupos grandes que hacen retiro y capacitaciones.
Alrededor de 30 personas visitan mensualmente el proyecto, que ha recibido fondo de organizaciones internacionales para su acondicionamiento y ampliación de la infraestructura.
El complejo realiza rutas de senderismo, como la del café y bambú, visitas a la presa hidroeléctrica Pinalito y los contraembalses o presas pequeñas Tireíto y Arroyón. Además, puede visitar los ríos Blanco y Yuna, entre otros, y las cascadas El Rodeo, Chorro, Arroyo Atravesado y más.
El Complejo Ecoturístico Río Blanco cuenta con viveros para la reproducción de plantas de café y árboles forestales nativos de la zona, como la carbima de guinea, el almendro, el algarobo, pirionia, entre otras. Además tienen plantas medicinales y aromáticas con las que preparan bebidas para los visitantes. También siembran frutales y cítricos, víveres y vegetales para consumo del centro.
En el centro se crían guineas, gallinas, conejos y chivos para alimentar a los visitantes. El costo individual por persona es de RD$1 500 por noche, con comida, desayuno, cena y café y té todo el tiempo. Polanco explicó que los precios son manejados por la cantidad de personas que visiten y los días que se hospedará, pues usualmente reciben grupos grandes. Los niños entre 5 y 10 años solo pagan el 50 % del precio y menos de cinco años se hospedan gratis.
Polanco indicó que la federación busca involucrar a más de 200 familias en el turismo rural, aumentando el flujo de visitantes, por lo que piden a las autoridades un camión para transportar a los turistas y que no sea tan costoso visitar Blanco.
Café propio. Esta comunidad es netamente cafetera, un producto prioritario para el sustento de los campesinos y es un fruto ideal para la foresta. La producción se hace a pequeña escala, de forma orgánica y el producto final se vende bajo el nombre de Café Río Yuna, a RD $250 la libra.
Aprovechamiento del bambú. El complejo ecoturístico tiene un taller y fábrica para la elaboración de muebles y artesanías en bambú. En el mismo son educados los jóvenes de la comunidad y se toman pedidos para cualquier tipo de producto.
Reforestación. Polanco destacó que desde el 2012 tienen diez brigadas de reforestación con las cuales están sembrando quinientos mil plantas al año (unas seis a siete mil tareas). Junto con la reforestación están sembrando café, cacao y árboles frutales para incentivar la producción.
Tras una visita al lugar del presidente Danilo Medina, el 17 de julio de 2016 designó una comisión de seguimiento para rediseñar un proyecto de siembra de café y cacao, con la finalidad de reforestar la zona del río Yuna. Polanco dijo que Medina ha permitido realizar alianzas entre las entidades del Estado y la comunidad para reforestar treinta mil tareas en cuatro años y sembrar veinte mil tareas.
Por: Tony Brito.