MI PALESTRA
¡Miranda CxA!
Por: Germán Martínez
En algún momento de la evolución vivíamos en las
cavernas, prácticamente bajo la tierra, e inicialmente “depredamos” la floresta
para crear el fuego y protegernos del propio medio ambiente, esto es, en
términos de evitar que el frío causara efectos mortales a la raza humana.
La tesis es tropezante y hasta profana y, por tal razón,
la tratamos a grandes rasgos, así sea para abrazar a tiempo el justificativo de
la “civilización”, hasta comprender que más allá de la pólvora descubierta por
los chinos para “alargar la vida”, nos topamos con Alfred Nobel, inventor de la
dinamita y de las armas de fuego y, vaya usted a saber, que éste héroe de la
ciencia e inventor de la destrucción fuera, al propio tiempo, creador de buena
parte del desarrollo mundial.
La regla es tan clara como evidente la ironía y, por
tanto, debemos retornar al lugar donde comenzamos para desplazarnos ahora sobre
lenguas y espaciosas carreteras construidas en países pobres y en naciones
avanzadas tras destruir montañas, cordilleras y ríos y, por demás impactar
sobre la naturaleza, para extraer metales con los cuales vuela el hierro en
forma del avión que conocemos; se levantan grandes estructuras y la
ciencia diseña equipos cada vez más modernos que “alargan la vida”colocada a
los pies de Alexander Fleming, descubridor de la penicilina.
De manera que el “impacto ambiental es el efecto que
produce la actividad humana sobre el medio ambiente”, el mismo, cuyo valor
conceptual puede extenderse hasta los efectos de un fenómeno natural
catastrófico tan importante que los técnicos colocaron frente a Nobel el
grandioso “invento” que a manera de enseñanza describe a la ecología como la
ciencia que se encarga de medir el impacto ambiental y tratar de minimizarlo.
Entonces, para aterrizar en el aeropuerto del desarrollo,
la explotación de Loma Miranda se articula con particular interés de los
políticos nacionales y extranjeros; con los empresarios radicados en países
desarrollados y con toda geografía donde fuere preciso desentrañar metales para
fabricar utilidades que pudieran servir al bienestar común.
Pensar en lo político porque esos señores, quiérase
o no, se mueven entre el bien y el mal y de consiguiente pierden y ganan
asumiendo que las circunstancias les quite o les ponga potencial para hacer o
no lo que pudiese convenir a sus planes.
Los empresarios, de su lado, reyes del “capitalismo
salvaje” son aquí y allá productores de grandezas y miserias y la historia,
redactada en alto relieve, permite observar que los parques nacionales del
mundo están materialmente protegidos por los productos mineros que sirven al
ultra desarrollo de la vida.
Esto de Loma Miranda, lejos de ser una charada, es, sin
embargo,una realidad explotada al calor de los fenómenos económicos azotados
por el frío que transmite la contradicción de la vida, tanto como referir las
consecuencias derivadas de la supeditación que aparece en los textos y en las
reglas del juego.
Miranda no es científica, es política, como el PNUD y
todos los movimientos a nivel mundial como extraño sabor de los agridulce y
todo lo que se parezca a la concepción de minimizar el impacto ambiental por
parte de la Falconbridge o evitar que lo “inaceptable” sea repetido como
experiencia triste por parte del gobierno.
Explotar y minimizar es responsabilidad fundamental de
los que quieren oro y otros metales y contratar y vender,como debe ser,quedaría
impuesto como compromiso del Estado para los fines de lugar y, aun cuando
faltaría mucho por explicar, lo cierto es que lo que sigue no es más que otro
latoso discurso.
> Moraleja? !Miranda debe ser explotada!