Premios Casandra entran en conflicto
LA FAMILIA DAMIRÓN RETIRA AUTORIZACIÓN A ACROARTE PARA USAR
NOMBRE DE SU MADRE
El Casandra entra a partir de hoy en conflicto. La familia
de la fallecida folclorista Casandra Damirón advirtió que la Asociación de
Cronistas de Arte (Acroarte) ya no puede seguir usando ese nombre para la
premiación que desde hace 27 años se realiza en su honor.
“Hemos tomado la decisión de retirar la autorización para
que el nombre de nuestra madre siga siendo utilizado como parte de la
premiación conocida como Premios Casandra o El Casandra”, indica la familia en
un comunicado denominado “La Soberana” y dirigido a la opinión pública nacional
(ver la publicación íntegra en la página 5 de esta misma sección).
El documento, firmado por Luisa Rivera Damirón de Noboa,
José E. Rivera Damirón y Andrés J. Moreta Damirón, señala que la decisión fue
notificada a Acroarte de manera oficial y mediante acto legal, el 26 de julio.
Argumentos
El argumento principal es que la premiación viene alejándose en las dos últimas entregas de las normas que “han regido la premiación en cuanto a su contenido y razón de ser”. Entre los aspectos que objeta la familia Damirón figuran “la ausencia de la pluralidad de géneros musicales que caracterizaba al espectáculo, la entrega alegre de premios a artistas internacionales de corta trayectoria y a veces señalados en casos de conducta moral cuestionada que le restan valor” al Casandra.
También refiere la familia, con particular acento, es que la
presencia de Casandra Damirón en la gala artística realizada en el Teatro
Nacional Eduardo Brito ha ido desapareciendo.
Presencia de la folclorista
Según ellos, siempre se acostumbraba proyectar una semblanza biográfica, o un segmento inspirado en su vida artística, “el cual de manera sistemática y a pesar de nuestros reclamos, ha ido desapareciendo, privando a las nuevas generaciones conocer el trabajo que ella realizó”.
Además, la familia se queja de su rol y lugar el día de la
premiación que “venía sistemáticamente siendo relegado a posiciones incómodas
que no creemos merecer”.
También critica que categorías del área clásica como teatro,
danza, coreografía; la producción audiovisual y la clase locutoril se han
relegado o excluido del evento principal, generando “descontento e inasistencia
en un importante segmento de nuestra clase artística”.
En cambio, anotan, se ha dado más importancia a los géneros
de la música de calle, “los cuales aún representando el sentir del momento en
que vivimos, necesariamente no son ni la mejor, ni la única representación
artística de lo que somos”.
En entregas pasadas, “lo tradicional, lo formal, lo popular
y lo moderno han coexistido en perfecta armonía, definiendo con trascendencia y
claridad meridiana lo que somos como país y como raza... ¡Eso es lo que se ha
perdido!”.
La familia refiere que desde 2010 viene insistiendo sobre la
problemática planteada ante Acroarte y la Cervecería Nacional Dominicana sin
que se le haya hecho caso.
A raíz del penúltimo espectáculo, indica la familia Damirón,
en una reunión se le prometió la inserción en una próxima edición del premio
“de una pieza biográfica para televisión inspirada en nuestra madre, la cual
nunca se presentó”.
Fue el 13 de marzo pasado cuando la familia entendió que la
premiación “ya no era la nuestra, por lo que decidimos hacer nuestros
planteamientos de manera aún más determinante y formal”.
Fue así como entregaron un documento a Acroarte y a partir
de entonces se han reunido varias veces tanto con el presidente de Acroarte,
Máximo Jiménez, como con una comisión de pasados presidentes designada para
tratar el caso.
La familia también se reunió con el presidente del Grupo
León Jiménez y el presidente de la Cervecería Nacional Dominicana. A la fecha,
sostienen, a más de cuatro meses de realizar los planteamientos a Acroarte y a
más de un mes de establecer un consenso con la comisión designada, la situación
se mantiene igual, a sabiendas de que advertimos la necesidad de que los
correctivos fueran implementados en la próxima celebración”.
LOS ORÍGENES DE LA PREMIACIÓN DEL PAÍS
HOMENAJE: Tras asistir al funeral de Casandra Damirón, fallecida el 5 de diciembre de 1983, el cronista de arte Carlos Cepeda Suriel visitó la estación Onda Musical, en donde su colega Carlos T. Martínez conducía el programa “Panorama Farandulero y Algo Más”, y le contó el plan que había ideado: unos premios para honrar el trabajo de los artistas dominicanos, en nombre de la mujer que tanto admiraban. Según cuenta Martínez, decenas de radioescuchas respondieron al llamado en vivo de Cepeda, apoyando la propuesta. Y comenzó a correr la maquinaria para celebrar los primeros Premios Casandra.
PRIMERA GALA. En la primera versión del Casandra, en abril
de 1985, con doce renglones, se le entregó El Soberano fue otorgado al maestro
Luis Rivera (esposo de Casandra). Se transmitió por Telesistema.
PRIMER AUSPICIO: La familia Damirón recuerda que la
premiación nació y creció en sus primeros años gracias al respaldo de Miguel
Barceló y Barceló & Compañía, “a quienes nunca se le ha reconocido el
mérito de haber creído y respaldado ese proyectado en sus primeros y más
difíciles años”.