El presidente Michel Martelly, oculta La
Verdad Histórica
Por Oscar Santiago Batista García
Al hablar en la Sexagésima Novena
Asamblea General de la ONU, el
presidente de Haití, Michel
Martelly, dijo lo siguiente:
“Aceptamos ir a la mesa de negociaciones de nuestros amigos de la República
Dominicana para resolver malentendidos que datan de medio siglo”. El presidente
haitiano al limitar los conflictos domínico - haitiano a “simple mal entendido”
de los últimos cincuenta años está mintiendo por lo que resulta oportuno recordarle al
presidente de Haití lo siguiente:
Primero, que los conflictos domínicos –
haitianos no se limitan a los últimos cincuenta años.
Segundo, que los eternos agresores han
sido las autoridades haitianas, desde antes, durante y después del nacimiento
de la República Dominicana, como nación libre y soberana y por ello creo
oportuno recordarles al pintoresco presidente Michel Martelly, lo siguiente:
Que la primera y sangrienta agresión
fue realizada por Toussaint Louverture, en el año 1801, quien ocupó la parte
española alegando que la isla era “única”.
Que posteriormente el auto proclamado
emperador de Haití, Jean Jacques Dessalines, comandando miles de tropas invadió
nuestro territorio, y que al retirase derrotado el “pintoresco emperador”,
causo la más cruel y salvaje matanza la cual justificó de la siguiente manera:
“Lo que hemos hecho es muy cruel. Sin embargo, hacía falta para la reafirmación
de nuestra independencia. Quiero que el crimen sea nacional, que cada uno hunda sus manos en
la sangre; que los débiles
y moderados que hacemos felices a pesar de ellos mismo, no puedan decir un día: Nosotros no
tomamos parte en esos degüellos.
Fue Dessalines, Jaen Jacques,
el bandido, que tiene su responsabilidad. Qué me importa el juicio de la
posteridad acerca de esta medida impuesta por la política, con tal que yo salve
mi país”.
Así fue que como quiso el “emperador”
Dessalines que la historia recogiera su criminal accionar, al justificar la
matanza de miles de dominicanos, como
el degüelle realizado por los haitianos en Moca y otras regiones de la nación
dominicana.
Es bueno recordarle también, al
presidente Michel Martelly que fue el presidente Jean Pierre Boyer, quien
invadió nuestro territorio el 9 de febrero 1822, cercenando el naciente estado
independiente encabezado por José Núñez de Cáceres.
Que esa ocupación duró 22 oscuros y
largos años, durante la cual se cerró la primera universidad del nuevo mundo, se agredió a la iglesia
católica, se le quitaron
las mejores tierras a los dominicanos para entregárselas a oficiales del
ejército haitiano, se
obligó a nuestras mujeres de raza blanca a convivir con negros haitianos, se les prohibió a los
dominicanos de raza blanca tener propiedades, en fin trataron de mil manera de
borrar nuestro pasado hispánico, propósitos que no pudieron lograr.
Pero resulta señor presidente
Martelly, que fueron tropas haitianas que hostigaron e invadieron nuestro
territorio después de proclamada la República Dominicana, por Juan Pablo Duarte
y los Trinitarios el 27 de Febrero de 1844.
Que esas agresiones fueron repelidas
por los dominicanos en las batallas del 19 y 30 de marzo, llevada a cabo en
Azua y Santiago, territorio de la recién creada República Dominicana, lo que
consolidó la recién proclamada nación.
Pero que igualmente resulta, que han
sido ustedes las autoridades haitianas quienes ocuparon violentamente la embajada dominicana en Puerto
Príncipe, Haití, en el año 1963, acción que mereció una respuesta contundente
del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch.
Pero no conforme con esas agresiones
violentas anteriormente citadas, ustedes las autoridades haitianas han
desarrollado durante décadas una campaña negativa en contra de la República
Dominicana, en todo y cada uno de los organismos internacionales que sus
representantes tiene acceso.
Ahora bien, para hacer honor a la verdad
histórica debemos señalar que la única agresión violenta que puede ser
atribuida a autoridades dominicana contra nacionales haitianos ocurrió en el
año 1937, me refiero al
lamentable y sobredimensionado “corte” llevado a cabo durante la Era de
Trujillo, el cual tuvo lugar en territorio de la República Dominicana, y que
todos los dominicanos de buena voluntad debemos eternamente condenar.
Es muy posible en este breve artículo
por asunto de espacio no haya sido posible citar todos y cada uno de los hechos
violentos patrocinados y ejecutados por las autoridades haitianas en contra de
los dominicanos a lo largo de nuestra accidentada existencia. Sin embargo, debo
reiterarle que esas agresiones anteriormente citadas no son las únicas, por lo
que querer confundir la opinión pública internacional ante tan magno evento no
es propio de un jefe de estado.
Pero creo que es oportuno recordarle también a usted
señor presidente de Haití,
a los organismos internacionales que en complicidad de malos dominicanos están
pretendiendo fusionar a la República Dominicana y Haití, que eso es imposible ya que los
dominicanos de hoy y de las
futuras generaciones tenemos un
compromiso con el fundador de la República el general Juan Pablo Duarte, quien
señaló lo siguiente, Entre los dominicanos y los haitianos no es posible una
fusión”.
Nota: recomendamos a los amigos
lectores buscar más datos en los libros de los siguientes autores.
La Española: Destino de Dos Culturas.
Autor: Carlos Rafael Altuna Tezanos
Haití y la República Dominicana, un
origen y dos destinos. Autor Euclides Gutiérrez Félix
Historia Dominicana. Autor Orlando
Inoa