La Conferencia del Episcopado Dominicano atribuyó el auge de la violencia y la delincuencia al desequilibrio familiar.
Los obispos citan como factores que afectan los hogares los embarazos en adolescentes, la violencia intrafamiliar, la falta de fuente de trabajo para padres, madres e hijos jóvenes, agravada con el creciente costo de la vida.
En su carta pastoral con motivo de la celebración de Nuestra Señora de la Altagracia los obispos recuerdan que el deber del Estado es la protección y defensa de la familia como fundamento del bienestar, el desarrollo y la paz en la sociedad.
"No toda propuesta con etiqueta de modernismo favorece la vida humana. Grandes imperios se han desmoronado a lo largo de la historia cuando sus gobernantes han complacido a los pueblos en su sed de placeres", indican
En la carta "Familia cristiana: vive y proclama tu fe", agregan que hay propuestas que pueden dañar. La ética y la moral no se pueden perder de vista. El legislador no está para complacer intereses, sino para promover el bien común.
Señalan que a pesar de que la "la familia es la escuela del más rico humanismo", se encuentra afectada por una serie de desafíos, pero entienden que los valores del Evangelio pueden salvarla.
Añaden que si se destruye la familia, se destruye la sociedad, ya que consideran que solo la familia auténticamente cristiana, que apoya su vivencia y sus valores y sus principios en la roca firme de la fe en Dios puede transformar la sociedad
"La frecuencia de los divorcios y separaciones conyugales, siempre traumáticos para los hijos, debido a la inmadurez humana y afectiva de los jóvenes contrayentes y la falta de preparación para el compromiso y responsabilidad matrimonial y familiar, es el principal desafío al que nos enfrentamos en la época actual".
Otro de los grandes desafíos de la familia cristiana es superar la deficiente evangelización y catequesis en los hogares.