Gonzalo
Castillo, ministro de Obras Públicas y suplidor de Barrick Gold
Patricia Báez
Martínez
Cuando
el presidente Danilo Medina designó como ministro de Obras Públicas y
Comunicaciones a Gonzalo Castillo Terrero, mediante el artículo 7 del decreto 454-12,
la decisión no generó ninguna contradicción; todo lo contrario, el formar parte
del reducido grupo de 12 funcionarios que se estrenaban en el tren
gubernamental, lo revistió del aura de nuevos tiempos que tanto se ansían en el
país.
Sin
embargo, cuando en el programa de radio Foro Ciudadano de esta Z101, Hamilk Chahín dió a
conocer que Castillo Terrero era
suplidor del Estado a través de su empresa Helidosa, se esfumó
la presunción de una administración pública bajo la égida del Código de
Pautas Éticas anunciado
por Danilo Medina en su toma de posesión, el 16 de agosto de 2012, hace apenas
siete meses.
¿Quién es Gonzalo Castillo Terrero?
Oriundo
de Barahona (Suroeste), se graduó de perito en Electrónica Industrial del
Politécnico Loyola, San Cristóbal, en 1980. Luego cursó un postgrado en
Electrónica Digital y Microprocesadores en la Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra (PUCMM), y en Quebec, Canadá, realizó un post-grado MBA- en
Administración de Empresas.
En 1992
fundó Helicópteros Dominicanos
S.A. (Helidosa), empresa
dedicada al transporte turístico y ejecutivo tipo charter. También es fundador
de la Constructora Castillo López y Asociados S.A., empresa dedicada a la
construcción y mantenimiento de edificios.
Con 33
años en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) -según él-, fue designado
por el hoy presidente Danilo Medina como director de la Comisión
Nacional de Finanzas de
su candidatura, o sea, que era el encargado de suplir recursos no provenientes
de la Junta Central Electoral (JCE) a la campaña del actual presidente, además
de coordinar la campaña en cuatro provincias de la región Sur.
“No he conocido a otra gente,
a otro político identificado con los ideales del profesor Juan Bosch, para mí,
Danilo Medina encarna al profesor Juan Bosch plenamente, y te lo digo sin lugar
a equivocarme”, dijo el “hombre de confianza” de Danilo Medina
en una entrevista en plena campaña electoral, sin embargo, su accionar empaña
la promesa presidencial de un gobierno transparente y ético.
Gobierno, Barrick Gold y Helidosa, una combinación
explosiva
Helidosa
tiene 15 helicópteros y, dentro de esos, cuenta con el Bell 212 (1,800 kg de peso de carga), matrícula
HI 924, adquirido por gestiones del controvertido expiloto del expresidente Leonel
Fernández, Harold Manzano, quien en los actuales momentos estaría gestionando
en el extranjero otro helicóptero de mayor capacidad con los cuales la empresa
brindar a la minera Barrick Gold el servicio de transporte de oro, según una
fuente de Z101Digital en el Aeropuerto El Higüero, en donde Helidosa tiene sus
hangares.
Aunque
es un secreto a voces en los pasillos gubernamentales el conflicto
de intereses -conflicto entre los intereses privados y las responsabilidades
públicas de una persona con cargos de confianza (Merriam-Webster; 2004 )-
que maneja Gonzalo Castillo Terrero por ser ministro de Obras Públicas y
propietario de Helidosa, empresa suplidora de la Barrick Gold, la información
pasa “desapercibida” en los medios de comunicación.
La
Constitución dominicana, en su artículo 135, es clara al precisar que “Los ministros y
viceministros no pueden ejercer ninguna actividad profesional o mercantil que
pudiere generar conflictos de intereses”. Más aún, el párrafo
único del artículo 95 de la Constitución establece que el ministro Castillo
Terrero podría ser llamado a comparecer ante el Congreso Nacional, hasta emitir
un voto de censura y recomendar su cancelación.
“Si el
funcionario o funcionaria citado no compareciese sin causa justificada o se
consideraran insatisfactorias sus declaraciones, las cámaras, con el voto de
las dos terceras partes de sus miembros presentes, podrán emitir un voto de
censura en su contra y recomendar su destitución del cargo al Presidente de la
República o al superior jerárquico correspondiente por incumplimiento de
responsabilidad”, dice el párrafo”.
Como si
el conflicto de interés del ministro fuera poco, la Barrick Gold y el Poder
Ejecutivo en la actualidad mantienen un conflicto económico y legal, suscitado
por el expreso interés del Presidente de que el Estado dominicano obtenga
mayores beneficios de la explotación y comercialización de los minerales (oro,
plata y cobre) de la mina de Pueblo Viejo, Cotuí, que en la actualidad es de
apenas el 3.2 por ciento de las ganancias, luego que el ex presidente Leonel
Fernández modificara el acuerdo original con la Placer Dome, ese acuerdo, de
2002, estipulaba que el Estado recibiría el 53 por ciento de las ganancias.
Mientras
el 27 de febrero Danilo Medina estimaba como inaceptable el contrato con la Barrick Gold, el 4
de marzo el director de comunicaciones de la minera, Jorge Esteva, informaba a
través de la prensa que para la Barrick Gold el contrato no estaba en
discusión. Es decir, el Presidente invita a la minera a sentarse a negociar de
buena fe (de la misma forma que en 2009 se sentó Leonel Fernández para
beneficiarla), y la empresa se niega, aferrándose al principio de la seguridad
jurídica.
Danilo y el Código de Pautas Éticas
El 16
de agosto de 2012, cuando Danilo Medina tomó posesión anunció la creación de la
Dirección Nacional de Ética e Integridad Gubernamental para sustituir a la
Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción, y en el cargo confirmó al
conflictivo y cuestionado Marino Vinicio Castillo
(Vincho), hoy en tela
de juicio por su interés en que el Estado dominicano honre un contrato con el
médico dominicano radicado en Miami, Salomón Melgen, para la instalación de Rayos X en los puertos dominicanos. Melgen es
primo hermano de los hijos de Vincho Castillo.
En el
discurso de toma de posesión, el Presidente expuso que esa dirección “será el
órgano responsable de fomentar los comportamientos éticos e íntegros en la
Administración Pública. Tendrá potestad para investigar las denuncias de
corrupción por el solo rumor público, citar, interrogar, requerir informaciones
a entidades públicas y privadas y aplicar sanciones disciplinarias, sin
perjuicio de las que correspondan al Régimen Ético y Disciplinario de la
Función Pública y a la Cámara de Cuentas”.
Para
rematar, Medina anunció en ese momento la entrada en vigor del Código de
Pautas Éticas:
“Un Código de Ética que
suscribirán todos los servidores públicos al momento de ser designados en altos
cargos, donde cada designado o designada asumirá un compromiso ante mí y ante
la sociedad dominicana, a través del cual se establecen las normas básicas de
comportamiento que aceptarán cumplir por el solo hecho de ser designados”.