Mentiras y verdades sobre Loma Miranda
Por: Miguel Hernández
Ante las
diferentes opiniones emitidas por instituciones, técnicos, ambientalistas y
otros sectores del país en relación a la posible explotación o no explotación de
los yacimientos de Loma Miranda por parte de la empresa minera Falcondo Xstracta
Nickel la Cooperativa de Servicios Múltiples, COOFALCONDO en su último boletín
reseña un amplio artículo titulado “mentiras y verdades sobre Loma Miranda” y
por consideralo de interés para el país transcribimos parte de él.
Loma Miranda es
un macizo montañoso con clima tipo bosque húmedo sub-tropical perteneciente a
la Cordillera Central, de donde nace un afluente del rio Jagüey el Arroyo
Miranda, el primero con un caudal promedio anual de un 1m3/seg de agua y el segundo con 0.27 M3/
seg, además de los arroyos Barroco y Hatillo. Por décadas el río Jagüey se
secaba después de pasar la autopista Duarte en más de 1.5 km como resultado de
la desforestación del bosque en su parte de arriba o cuenca alta.
La periferia de
la Loma es habitada por 403 viviendas distribuidas en seis comunidades que son:
Manaclita, Los Platanitos, La Cotorra, La Cuarenta, La Cuaba, y El Algarrobo
que tienen una población de 1661 personas según censo privado realizado en el
2008. Esos pobladores son de muy escasos ingresos económicos, muchos con apenas
RD$47.00/día, una cantidad apreciable de ellos padece de resfriado y gripe. El
río Jagüey suple agua a 20 mil personas de las comunidades: Algarrobo, El
Caliche, Jumunucú, y el Pino e irriga ocho mil tareas de arroz. Falcondo/Xstrata Níquel es propietaria de 1373 has de tierra en Loma
Miranda y en virtud de que esas tierras tienen alto contenido de ferroníquel,
basada en una concesión minera concedida por el Estado Dominicano en el año
1956 y el permiso correspondiente, ha
realizado los estudios pertinentes para extraer el mineral y procesarlo en su
planta de proceso en Loma Peguera en Bonao.
Falcondo para
evitar daños medio ambientales desde el año 2006 se ha dedicado a rehabilitar
de árboles todo lo que es el área de influencia del río Jagüey, lo que ha contribuido
que el caudal del rio Jagüey que antes se secaba en un tramo de su trayectoria
al rio Pontón mejore sustancialmente. De otra parte Falcondo trasladó 21
familias de la comunidad de la Manaclita siguiendo rigurosamente los estándares
del Banco Mundial a un hábitat humano digno para vivir a una persona. El hecho
de que la minera siguiendo el protocolo establecido por la ley de minería
dominicana haya solicitado el permiso para la extracción del material del área
de tierra de su propiedad, ha levantado
los ánimos de sectores que dicen que la explotación no debe hacerse en virtud
de que producirá un daño medio ambiental a las comunidades mencionadas. Han
dicho que se secarán 140 ríos que nacen ahí, en cambio ningún río nace en ese
macizo, pues el más importante que pasa es Jagüey, y este pasa del lado atrás
del parte agua, esto es de donde se va ha realizar la extracción de mineral.
Indican que la
comunidad quedará desolada, en cambio nadie ha ido a resolver los problemas de
desempleo, carencia económica y de salubridad de esas comunidades vecinas. Pues
si bien hoy, una parte del agua usada por esos moradores es de Jagüey, lo
cierto es que esas aguas carecen de tratamientos sanitarios y quienes las usan están propensos a contraer enfermedades. Todas las
conjeturas fuera de lo racional, prudente y técnico se han vertido en contra
del proyecto, no obstante la minera Falcondo contrató los servicios de una
reputada firma internacional que hizo un Estudio del Impacto Medio Ambiental y
los resultados indican que no hay posibilidades algunas de que el río Jagüey
sufra deterioro en la calidad y caudal del agua. Dicho estudio prevé que se
ejecutaran las prácticas medioambientales internacionales tendentes a reducir
los efectos dañosos que pudiesen presentarse. Por consiguiente conviene que las
comunidades soliciten el estudio, lo estudien, valoren y hagan valer sus
derechos, para que se le tome en cuenta
en la participación de los beneficios que se derivarían de la extracción de esa
tierra mineralizada, pues muchos son los beneficios que saldrán de ese proyecto
si actúan con inteligencia oportuna y evitan que otros se tomen la leche de la
vaca. Los moradores deben tener presente que Dios dota al hombre
de los recursos naturales para que los use en su provecho con racionalidad y
prudencia.
El proyecto Loma
Miranda ha sido satanizado por muchos que no quieren ver que se generen unos
250 empleos que mejorarán la calidad de vida de todos sus habitantes y
repercutirá en aumentar los ingresos del Estado Dominicano para ayudar la
salud, la educación y los servicios en sentido general. Por tanto las
comunidades circundantes no deben dejarse confundir, es por lo que deben
escuchar y valorar con atención lo que dicen los que están en contra del
proyecto y lo que dicen los trabajos científicos-técnicos que se han hecho. El
Estado Dominicano en modo alguno permitirá que se haga algo que vaya en
perjuicio de la sociedad. Hay un adagio que reza: “Nada es tan malo que no
tenga algo bueno.” El Señor prevé al hombre de recursos y le castiga por su
negligencia, la parábola de los talentos es un ejemplo vivo. Hay que buscar la
verdad para evitar dejarse confundir y la verdad se obtiene mediante la investigación
objetiva. Loma Miranda no es propiedad de un grupo de personas, vista como
recurso natural, es de toda la comunidad. Hay que Investigar para tener derecho
a la palabra. Una explotación
minera consciente y responsable siempre será beneficiosa para la sociedad, es a
lo que tenemos que apostar.