Santo Domingo.- Cada día que pasa los delincuentes adoptan nuevas modalidades para estafar, robar y engañar a los ciudadanos a como dé lugar.
Ejemplo de esto le ocurrió recientemente a Sandra Aquino, madre de tres niños, entre ellos dos adolescente de 12 y 14 años de edad, quien en horas de la tarde salió de su vivienda ubicada en Los Frailes I a realizar varias diligencias.
No bien transcurrió una hora cuando en la casa de la dama sonó el teléfono residencial que fue contestado por uno de sus hijos.
Del otro lado del auricular un hombre con voz aguda, que se identificó como coronel de la Policía, le dijo al adolescente de 14: “Saludos, tu madre Sandra Aquino acaba de tener un problema.
Está herida y detenida en la Fiscalía. Ella nos pidió que llamáramos a su casa para que sus hijos recogieran dinero y objetos de valor que tengan allá y se los entreguen a un mensajero que los estará esperando en la esquina que está próxima al colmado del barrio para ella poder resolver. Te vuelvo a llamar en unos minutos”.
Turbado por la noticia y preocupado por su progenitora, “Melvin”, como se llama el adolescente, accedió a la orden que le dio el “oficial” y tomó una mochila en la que empezó a entrar todos los objetos de valor que se encontraban en la casa, entre ellos dinero en efectivo.
Afortunadamente, antes de que se materializara el hecho, Sandra llegó a la casa. Se encontraba en perfectas condiciones y le preguntó a su hijo: ¿Pero Melvin y esa mochila? ¿Y este reguero?
Sorprendido, el adolescente le relató lo que pasaba. Minutos después volvió a sonar el teléfono tal y como le dijo la persona que había llamado.
Esta vez fue contestado por la mujer, quien de la rabia no se pudo contener y empezó a insultar al desaprensivo.
“Esto es increíble nunca imaginé que la delincuencia llegara a este extremo”, se lamenta Aquino.
Casos similares han sido registrados en otros sectores y residencias de Santo Domingo Este y del Distrito Nacional y en el interior del país.
Perfil de estos malhechores
A pesar de que no existe una cantidad muy marcada de denuncias de este tipo en los archivos policiales, se trata de una modalidad muy selectiva realizada por desaprensivos.
Como los ladrones “seculares”, quienes se dedican a estos robos ubican a los ciudadanos.
En ese orden, valiéndose de diversos medios los autores de los referidos robos investigan perfectamente a sus víctimas llegando a tener información clave, como nombres y apellidos exactos, cantidad de residentes en la vivienda que persiguen, estatus de la persona, entre otros datos de utilidad para poder cometer sus fechorías.
Dependiendo de la circunstancia por lo general trabajan la parte psicológica de la persona para hacerles creer que hay una emergencia inminente que se debe resolver.
Utilizan como medio a menores de edad, uno de los segmentos poblaciones más vulnerables
